No los he olvidado...

Mis queridos lectores, se que los he tenido un poco dejados de lado ultimamente, no es que los tenga olvidados, es solo que no he tenido el tiempo de dedicarme a mi blog... y en este caso tiempo no funciona como un eufemismo... como suelo hacer frecuentemente, jaja.

Les prometo volver a escribir análisis de vida muy pronto, pero por ahora, mis ideas y pensamientos no se encuentran del todo claras, mi razón se ha visto nublada y mi visión critico-analítica entorpecida, pero ya mejorará todo.

Ahora al escribir esta entrada, específicamente al momento de crear un título para la misma, he reflexionado sobre la gente que tal vez he dejado de lado desde hace ya un tiempo, y me ha inundado una nostalgia, pero como acabo de decir ya todo mejorará. Tiempo al tiempo, que los momentos son valiosos y se deben disfrutar.



Cordialmente,
Le Zorr0.

¿Somos realmente libres?

Hace un tiempo una amiga tuvo que hacer un ensayo sobre la libertad, así que me hiso pensar en ello. Le di un par de vueltas al asunto, y llegué a la pregunta ¿Realmente somos libres? y es que estamos presos de nuestra conciencia, de nuestra percepción de bien y mal, que no es realmente nuestra, si no, una idea implantada por la sociedad en la que somos criados, una idea que nos definirá nuestro modo de ver y vivir la vida.

Aún teniendo leyes sociales, que nos dan una idea de lo que debemos y lo que no debemos hacer, somos de todos modos libres, para hacer lo que queramos, somos libres de pasar a llevar la libertad de otros, pero no sin tener consecuencias, ahora no es la consecuencia legal la que nos hace perder la libertad, si no las consecuencias que internamente se presentarán en nosotros, frente a determinadas acciones o decisiones tomadas. Si bien sabemos que la ley, prohibe matar a alguien, no nos impide hacerlo, obviamente al hacerlo, recibiremos un castigo, sea presidio o muerte, dependiendo de la legislación con jurisprudencia en donde cometamos la acción misma, pero no nos impide hacerlo, tal vez el miedo a la represalia nos podría detener, en parte, pero mas que eso, es nuestra conciencia, el hecho de saber que es malo, que no se debe, esa conciencia cultural, nos perseguirá siempre. Y es que todos pensamos que algo es bueno o malo, pero no nos preguntamos el porqué es bueno o malo, solo lo sabemos, porque ha sido implantado en nosotros como un chip en nuestro cerebro, se nos ha obligado a pensar que esa idea es nuestra, que nosotros lo pensamos así, pero no es cierto, la sociedad, como un ente del que formamos parte, piensa así, y discrimina a sus células dañadas, por decirlo así, pero no son, siempre, células dañadas, no intento justificar asesinos ni delincuentes de ningún tipo, ni nada por el estilo, pero es solo que la sociedad define un tipo de persona que debemos ser, y si no te apegas a eso, simplemente, no eres normal. Y esto no ocurre solo ahora, siempre a ocurrido, la gente, tiende a la monotonía de pensamiento, y que no solo somos presos de la sociedad en el sentido de que domina nuestras conciencias, si no que también domina nuestra forma de pensar. No somos libres de pensar por nosotros mismos algo diferente en muchos casos, aunque no digo en todos, pero siempre escaparse un poco de las normas, tendrá consecuencias. Y es así como la sociedad ha castigado a gente por solo pensar distinto, si miren el caso de nuestro querido Socrates.

¿Cuántos Socrates encubiertos habrá por ahí, sin atreverse a dar a conocer sus ideas, por miedo a la cicuta, que en este caso no es mas que un rechazo social?

Los invito mis queridos lectores, a que se pregunten ¿Por qué?, solo eso, preguntense porque piensan de una manera u otra, porque las cosas deben ser como son, logren notar si lo que piensan realmente lo piensan, o ha sido grabado en sus mentes, producto del lavado de cerebro social, que les impide ser libres para pensar.

No se dejen llevar por la ilusión de libertad que los lleva a ser presos del pensamiento colectivo, dejen de ser una célula en un ente mayor llamado sociedad, para ser un individuo que realmente existe por si mismo, un individuo libre, libre de pensar.

Pero no hagan nada de lo que les digo, solo porque se los digo. No hagan nada de esto, ni ninguna otra cosa, sin preguntarse porque lo hacen.



Cordialmente,
Le Zorr0.

Pensamos, o somos pensados???

Este es una pequeña hipótesis, que he explicado con mucha dificultad a mucha gente, algunos logran agarrarla de una, pero otros son un tanto duros para entender, luego, solo clasifican de estúpido aquello que no comprenden y lo rechazan... oh! eso me deriva del tema, mis criticas sociales las dejaré para otro post en que se traten en mas detalle.

Dirigiéndonos al grano, la idea, como dije anteriormente, para algunas personas es un tanto difícil de comprender, no aceptan que puede que no existan, mas que en la imanación de algún ente, así que lo explicaré con un sencillo ejercicio.

Quiero que imaginen un universo. A este denle las características que deseen, si quieres puede ser finito o infinito, puede ser de color, o todo puede estar formado de agua, o de lo que quieran, dentro de este universo, y entre todas las cosas que lo componen, imaginen un planeta, de la forma que quieran, y que obedezca las reglas que uds. hallan implantado a su universo, por ejemplo un planeta con forma de pirámide, en que la gravedad va hacia arriba, y la gente flota, no lo se, imaginen. Dentro de este planeta, imaginen una inmensa variedad de especies, pero a al menos una de estas denle raciocinio y conciencia (no profundizaremos tampoco los significados de estas palabras, así que solo tomes la definición mas general que conozcan) ahora enfonquense en un individuo de esa especie, que va transitando por ese planeta, o que se encuentra recostado, imaginen todo lo que el piensa, lo que el siente, todo aquello que lo hace sentir real...

ahora lo interesante, contesten, si aquel individuo, con características, conciencia, sensaciones y sentimientos que lo hacen creerse a si mismo real, sabe que está siendo pensado.

¿Realmente lo sabe? o ¿Lo ignora?


A partir de ese ejemplo ahora piensen, creen realmente que son reales?

Espero sus comentarios, me agradaría saber como es su universo y que leyes sigue, pero se que no se darán el trabajo de relatarlo, jaja, a si que les pido al menos sus opiniones al respecto y si piensan que es una estupidez lo planteado, me agradaría que argumentaran por qué, pero estando dispuestos a continuar la discusión cuando les conteste con argumentos a favor de mi punto.


Cordialmente,
Le Zorr0.

Omnisciencia de Dios v/s Libre albedrío

Mis queridos lectores, hoy traigo a uds, un conflicto que me ha hecho pensar mucho, pero mucho. Esto corresponde al enfrentamiento entre la omnisciencia del dios Judeo/Cristiano (de aquí en adelante solo Dios, la mayuscula es dado que las creencias Judeo/Cristianas son monoteistas) y el libre albedrío dado por él mismo a los hombres (genéricamente hablando), seres creados por él, con la habilidad de pensar, analizar y tomar sus propias deciciones.

El conflicto se presenta de la siguiente manera:

Dios, es todo poderoso, él es omnisciente y omnipotente, él lo sabe todo, conoce el pasado, presente y futuro. Él es el creador de todo, sin él no hay nada, ni nunca. Dios crea al hombre, a imagen y semejansa de él, y le concede a este el poder de escojer su actuar, de tomar sus propias deciciones, una vez en el mundo, el hombre debe seguir sus mandamientos, cumplir, una especie de reglamento etico-moral, por el cual, podemos ser salvos, y llegar a un futuro, a estar a su lado.

Ahora, mis queridos lectores, si Dios conoce todo, pasado, presente y futuro, el conoce todo lo que hemos hecho, y conoce lo que hacemos, incluso lo que pensamos y sentimos, si no no sería omnisciente, pero... y aquí quiero recalcar bien este punto, omnisciencia implica que el lo sepa todo, absolutamente todo, incluso el futuro, como había mencionado anteriormente, por ende, el sabé lo que pensaremos, lo que sentiremos, lo que haremos. Es ahí el punto de la concordia, si el sabe que las cosas serán de esa forma, las cosas tienen que ser de esa forma, si no, no sería saber, sería creer, si las cosas serán de una manera determinada, entonces, están predestinadas las cosas, nosotros estamos predestinados a tomar una determinada decicion frente a una situacion a la cual estabamos predeterminados a encontrarnos, si es así, entonces nuestras deciciones son falsas, no son deciciones nuestras, si no del destino. Si es de esta forma, ¿Cúal es el libre albedrío del que nos hablan? y si existe el libre albedrío ¿Cómo pude Dios ser omnisciente?.

Se que parece complicado, pero esto no termina aquí. Si en la constante batalla entre el libre albredío y la omnisciencia de Dios, ganace la omnisciencia de Dios, que proposito tiene que estemos aquí, acaso ¿Dios no sabe que quienes son o no salvos?, ¿y quienes lo serán o no?, entonces, como es eso de que nos prueba, si las pruebas estamos destinados a pasarlas o no, en tal caso, ¿Qué caso tiene luchar por estar al lado de Dios? si tal vez, y solo tal vez, ya estemos destinados a fracasar.

Lo dejo a su juicio mis queridos lectores, espero comentarios y criticas.

Cordialmente
Le Zorr0.

El renacimiento, un nuevo Zorr0

Llevo mucho tiempo sin escribir en este blog, me alegra mucho volver a hacerlo. Pienso cambiar totalmente el rumbo de este blog, y utilizarlo mas para la idea principal con la que fué creado, una idea que no ha sido desarrolada en lo mas minimo desde su creación, convertirlo, practicamente en un diario de vida de mis pensamientos, logrando crear en ellos, una especie de pequeño y sutil orden, muchas cosas vienen a mi cabeza, muchos modos de pensar, de ver la vida, de comprender las cosas, desafortunadamente no conosco mucha gente que piense como yo, a lo mucho conosco gente que ha llegado a comprender mis puntos de vista como posiblemente validos, pero gente que piense como yo, creo que son contados con los dedos de mi mano, mano a la que le han amputado 5 dedos, no, no es asi, fue solo un impulso loco de escribir aquello que no es verdad.

Tenia un montón de ideas para escribir en el blog, hacerca de informatica, algunos avances que he logrado y que quiero compartir con el mundo, instalaciones que me ha tocado hacer en mi laptop, y que mas de alguna persona que tiene el mismo laptop o uno que otro componente igual al mio no ha logrado realizar de manera plena. Pero todo lo relacionado a ese tema lo dejaré para el blog de Lambo Lab's, blog que tambien se encuentra en el olvido.

Volviendo al tema de mis ideas, y este blog, últimamente he conversado con mucha gente haciendole ver mi punto de vista, y me he dado cuenta de que muchas cosas que pienso no se que las pienso, al ir explicandolo a alguien noto lo que realemente creo, cosas que salvo en determinados monologos interiores que realizo, no me doy el tiempo de ensamblarlas y argumentarlas como se debe, es así que quiero armar bien este blog con todas aquellas ideas, para intentar formar un orden entre ellas.

Espero en el transcurso de este proyecto, aparesca gente que pienso como yo, así como tambien espero aparesca mucha gente que piense de manera radicalmente opuesta a mi, que me muestres las falencias en mis postulados.

Como ya me ha pasado antes, suelo pensar muchas cosas que ya han sido pensadas y expresadas por alguien antes que yo, pero lo desconosco, mas de alguna vez me lo han hecho saber, y espero que quien lea este blog, me haga saber cuando alguien ya dijo lo mismo que yo, ojalá entregando suficiente informacion para encontrar de manera expedita los textos anteriores a los mios, y así poder hecharles un vistaso.

Prentendo tambien en este blog, no solo escribir aquello en lo que creo fervientemente, si no tambien aquello en lo que creí algunas vez, o aquello que podriamos deducir a partir de siertos supuestos, engendrados en otras creencias distitas a la mía, encontrando de esa forma falencias en otros medios de pensar, falencias que no hago notar en son de marcar como malo o bueno uno u otro pensamiento, si no que con el fin de conllevar a un paso mas cercano de la perfeccion cada uno de estos, de la misma manera en la que espero que mucha gente me ayude a mi, si encuentran que me equivoco en cualquier postulado, supuesto, hipotesis, pensamiento, etc. ruego me lo hagan saber.

Advierto que en este blog, se tratarán temas que mucha gente encontrará polémicos, se harán posulados y supuestos que a mas de alguno le molestará, pero porfavor comprendan que no es con la intencion de ofender a nadie, por favor intenten tomar todo lo escrito aquí con una mente abierta, considerenlo el punto de vista de alguien, que puede o no ser valido, y plasmen en palabras el porque de su desacuerdo, asi si estan de acuerdo, plasmen el por que de aquello tambien, espero no se formen discuciones basadas en la grosería y la bulgaridad, y sepamos todos llevar con respeto una discucion saludable.

Esperando que este proyecto funcione bien,
Au revoir, Zorr0.

Toshiba satellite L45 SP2056 y Windows XP

Hace bastante que no me sentaba a escribir algo, así que ahora me siento muy bien de hacerlo, y más aún considerando que este es mi primer post realmente productivo.

Hace un tiempo adquirí, como regalo de mi querida abuela, una laptop toshiba satellite l45 sp2056, como pueden imaginarse venía con nuestro ideseable amado Window$ Bosta Windows Vista, dadas las razones ya conocidas por todos, y que no vienen al caso en este post, decidí mudarme a Widows XP SP2, y a mi querido y amado Debian, así que comensé a buscar información hacerca de personas que hallan instalado estos sistemas en el mismo equipo, es así como llegué a un foro de MadBoxpc en que entregaban los drivers, pero mucha gente ofrecía diversos drivers, así que me decidí a bajarlos todos por si acaso.

El tema es que al momento de instatalar windows XP arroja un pantallaso azul, si, ese mismo, ese pantallaso tan querido por todos nosotros. Leyendo por ahí descubrí que mi HDD es un disco sata, por lo que hay que cargar el controlador sata en nuestro cd de instalación de Windows, no es nada dificil de hacer con el programa nlite, con el que ademas aproveché de borrar una que otra aplicacion que viene incluida en windows XP y que jamas han sido provechosas para mi, si no que solo me ocupan espacio.

Luego de la instalación probé el primer pack de drivers de los que había descargado y respaldado previamente en un CD y muy grata fué mi sorpresa al ver que todos funcionaron perfectamente, lo unico que no funcionaba en mi pc era el scrool del touchpad, pero eso se solucionó instalando el controlador del mismo que venía incluido en el CD de recuperación del computador.

Para las personas que tienen este mismo PC, y obviamente necesitan retirar esa porquería de windows vista, dejo aquí el link de descarga de los drivers. Al descomprimir el archivo veremos muchas carpetas enumeradas, hay que instalar cada una en el orden en que se encuentran enumeradas, y tanto el sonido como el wifi, deben ser instalados a la antigua, es desir, manualmente desde el administrador de dispositivos.

El asunto de como agragar el driver de SATA a nuestro CD de instalación de windows XP lo explicaré mas en detalle en otro post. Está bien que ahora tenga insonio, pero eso no quiere desir que me anime a hacerlo ahora mismo, aunque quien sabe, quisas en 10 minutos mas me baja el deseo de hacerlo.

Y en cuanto instale Debian, lo cual será dentro de pocos dias, dado que ahora mismo me encuentro descargando el CD, postearé las instrucciones de instalación, los conflictos presentados, y como fueron solucionados.



Hasta mi proximo post
Au revoir, ZorrO.
Algunas notas sobre algo que no existe* - H.P. Lovecraft (Autobiografía)

Para mí, la principal dificultad al escribir una autobiografía es encontrar algo importante que contar. Mi existencia ha sido reservada, poco agitada y nada sobresaliente; y en el mejor de los casos sonaría tristemente monótona y aburrida sobre el papel.

Nací en Providence, R.I. -donde he vivido siempre, excepto por dos pequeñas interrupciones- el 20 de agosto de 1890; de vieja estirpe de Rhode Island por parte de mi madre, y de una línea paterna de Devonshire domiciliada en el estado de Nueva York desde 1827.

Los intereses que me llevaron a la literatura fantástica aparecieron muy temprano, pues hasta donde puedo recordar claramente me encantaban las ideas e historias extrañas, y los escenarios y objetos antiguos. Nada ha parecido fascinarme tanto como el pensamiento de alguna curiosa interrupción de las prosaicas leyes de la Naturaleza, o alguna intrusión monstruosa en nuestro mundo familiar por parte de cosas desconocidas de los ilimitados abismos exteriores.

Cuando tenía tres años o menos escuchaba ávidamente los típicos cuentos de hadas, y los cuentos de los hermanos Grimm están entre las primeras cosas que leí, a la edad de cuatro años. A los cinco me reclamaron Las mil y una noches, y pasé horas jugando a los árabes, llamándome «Abdul Alhazred», lo que algún amable anciano me había sugerido como típico nombre sarraceno. Fue muchos años más tarde, sin embargo, cuando pensé en darle a Abdul un puesto en el siglo VIII ¡y atribuirle el temido e inmencionable Necronomicon!

Pero para mí los libros y las leyendas no detentaron el monopolio de la fantasía. En las pintorescas calles y colinas de mi ciudad nativa, donde los tragaluces de las puertas coloniales, los pequeños ventanales y los graciosos campanarios georgianos todavía mantienen vivo el encanto del siglo XVIII, sentía una magia entonces y ahora difícil de explicar. Los atardeceres sobre los tejados extendidos por la ciudad, tal como se ven desde ciertos miradores de la gran colina, me conmovían con un patetismo especial. Antes de darme cuenta, el siglo XVIII me había capturado más completamente que al héroe de Berkeley Square; de manera que pasaba horas en el ático abismado en los grandes libros desterrados de la biblioteca de abajo y absorbiendo inconscientemente el estilo de Pope y del Dr. Johnson como un modo de expresión natural. Esta absorción era doblemente fuerte debido a mi frágil salud, que provocó que mi asistencia a la escuela fuera poco frecuente e irregular. Uno de sus efectos fue hacerme sentir sutilmente fuera de lugar en el período moderno, y pensar por lo tanto en el tiempo como algo místico y portentoso donde todo tipo de maravillas inesperadas podrían ser descubiertas.

También la naturaleza tocó intensamente mi sentido de lo fantástico. Mi hogar no estaba lejos de lo que por entonces era el límite del distrito residencial, de manera que estaba tan acostumbrado a los prados ondulantes, a las paredes de piedra, a los olmos gigantes, a las granjas abandonadas y a los espesos bosques de la Nueva Inglaterra rural como al antiguo escenario urbano. Este paisaje melancólico y primitivo me parecía que encerraba algún significado vasto pero desconocido, y ciertas hondonadas selváticas y oscuras cerca del río Seekonk adquirieron una aureola de irrealidad no sin mezcla de un vago horror. Aparecían en mis sueños, especialmente en aquellas pesadillas que contenían las entidades negras, aladas y gomosas que denominé «night-gaunts» [espectros nocturnos o «alimañas descarnadas»].

Cuando tenía seis años conocí la mitología griega y romana a través de varias publicaciones populares juveniles, y fui profundamente influido por ella. Dejé de ser un árabe y me transformé en romano, adquiriendo de paso una rara sensación de familiaridad y de identificación con la antigua Roma sólo menos poderosa que la sensación correspondiente hacia el siglo XVIII. En un sentido, las dos sensaciones trabajaron juntas; pues cuando busqué los clásicos originales de los cuales se tomaron los cuentos infantiles, los encontré en su mayoría en traducciones de finales del siglo XVII y del XVIII. El estímulo imaginativo fue inmenso, y durante una temporada creí realmente haber vislumbrado faunos y dríadas en ciertas arboledas venerables. Solía construir altares y ofrecer sacrificios a Pan, Diana, Apolo y Minerva.

En este período, las extrañas ilustraciones de Gustave Doré -que conocí en ediciones de Dante, Milton y La balada del antiguo marinero- me afectaron poderosamente. Por primera vez empecé a intentar escribir: la primera pieza que puedo recordar fue un cuento sobre una cueva horrible perpetrado a la edad de siete años y titulado «The Noble Eavesdropper» [El noble fisgón]. Este no ha sobrevivido, aunque todavía poseo dos hilarantes esfuerzos infantiles que datan del año siguiente: «The Mysterious Ship» [La nave misteriosa] y «The Secret of the Grave [El secreto de la tumba], cuyos títulos exhiben suficientemente la orientación de mi gusto.

A la edad de casi ocho años adquirí un fuerte interés por las ciencias, que surgió sin duda de las ilustraciones de aspecto misterioso de «Instrumentos filosóficos y científicos» al final del Webster's Unabrigded Dictionary. Primero vino la química, y pronto tuve un pequeño laboratorio muy atractivo en el sótano de mi casa. A continuación vino la geografía, con una extraña fascinación centrada en el continente antártico y otros reinos inexplorados de remotas maravillas. Finalmente amaneció en mí la astronomía; y el señuelo de otros mundos e inconcebibles abismos cósmicos eclipsó todos mis otros intereses durante un largo período hasta después de mi duodécimo cumpleaños. Publicaba un pequeño periódico hectografiado titulado The Rhode Island Journal of Astronomy, y finalmente -a los dieciséis- irrumpí en la publicación real en la prensa local con temas de astronomía, colaborando con artículos mensuales sobre fenómenos de actualidad para un periódico local, y alimentando la prensa rural semanal con misceláneas más expansivas.

Fue durante la secundaria -a la que pude asistir con cierta regularidad- cuando produje por primera vez historias fantásticas con algún grado de coherencia y seriedad. Eran en gran parte basura, y destruí la mayoría a los dieciocho, pero una o dos probablemente alcanzaron el nivel medio del «pulp». De todas ellas he conservado solamente «The Beast in the Cave» [La bestia de la cueva] (1905) y «The Alchemist» [El alquimista] (1908). En esta etapa la mayor parte de mis escritos, incesantes y voluminosos, eran científicos y clásicos, ocupando el material fantástico un lugar relativamente menor. La ciencia había eliminado mi creencia en lo sobrenatural, y la verdad por el momento me cautivaba más que los sueños. Soy todavía materialista mecanicista en filosofía. En cuanto a la lectura: mezclaba ciencia, historia, literatura general, literatura fantástica y basura juvenil con la más completa falta de convencionalismo.

Paralelamente a todos estos intereses en la lectura y la escritura, tuve una niñez muy agradable; los primeros años muy animados con juguetes y con diversiones al aire libre, y el estirón después de mi décimo cumpleaños dominado por persistentes pero forzosamente cortos paseos en bicicleta que me familiarizaron con todas las etapas pintorescas y excitadoras de la imaginación del paisaje rural y los pueblos de Nueva Inglaterra. No era de ningún modo un ermitaño: más de una banda de la muchachada local me contaba en sus filas.

Mi salud me impidió asistir a la universidad; pero los estudios informales en mi hogar, y la influencia de un tío médico notablemente erudito, me ayudaron a evitar algunos de los peores efectos de esta carencia. En los años en que debería haber sido universitario viré de la ciencia a la literatura, especializándome en los productos de aquel siglo XVIII del cual tan extrañamente me sentía parte. La escritura fantástica estaba entonces en suspenso, aunque leía todo lo espectral que podía encontrar -incluyendo los frecuentes sueltos extraños en revistas baratas tales como All-Story y The Black Cat-. Mis propios productos fueron mayoritariamente versos y ensayos: uniformemente despreciables y relegados ahora al olvido eterno.

En 1914 descubrí la United Amateur Press Association y me uní a ella, una de las organizaciones epistolares de alcance nacional de literatos noveles que publican trabajos por su cuenta y forman, colectivamente, un mundo en miniatura de crítica y aliento mutuos y provechosos. El beneficio recibido de esta afiliación apenas puede sobrestimarse, pues el contacto con los variados miembros y críticos me ayudó infinitamente a rebajar los peores arcaísmos y las pesadeces de mi estilo. Este mundo del «periodismo aficionado» está ahora mejor representado por la National Amateur Press Association, una sociedad que puedo recomendar fuerte y conscientemente a cualquier principiante en la creación. Fue en las filas del amateurismo organizado donde me aconsejaron por primera vez retomar la escritura fantástica; paso que di en julio de 1917 con la producción de «La tumba» y «Dagon» (ambos publicados después en Weird Tales) en rápida sucesión-. También por medio del amateurismo se establecieron los contactos que llevaron a la primera publicación profesional de mi ficción: en 1922, cuando Home Brew publicó un horroroso serial titulado «Herbert West - Reanimator». El mismo círculo, además, me llevó a tratar con Clark Ashton Smith, Frank Belknap Long, Wilfred B. Talman y otros después celebrados en el campo de las historias extraordinarias.

Hacia 1919 el descubrimiento de Lord Dunsany -de quien tomé la idea del panteón artificial y el fondo mítico representado por «Cthulhu», «Yog-Sothoth», «Yuggoth», etc.- dio un enorme impulso a mi escritura fantástica; y saqué material en mayor cantidad que nunca antes o después. En aquella época no me formaba ninguna idea o esperanza de publicar profesionalmente; pero el hallazgo de Weird Tales en 1923 abrió una válvula de escape de considerable regularidad. Mis historias del período de 1920 reflejan mucho de mis dos modelos principales, Poe y Dunsany, y están en general demasiado fuertemente inclinadas a la extravagancia y un colorismo excesivo como para ser de un valor literario muy serio.

Mientras tanto mi salud había mejorado radicalmente desde 1920, de manera que una existencia bastante estática comenzó a diversificarse con modestos viajes, dando a mis intereses de anticuario un ejercicio más libre. Mi principal placer fuera de la literatura pasó a ser la búsqueda evocadora del pasado de antiguas impresiones arquitectónicas y paisajísticas en las viejas ciudades coloniales y caminos apartados de las regiones más largamente habitadas de Norteamérica, y gradualmente me las he arreglado para cubrir un territorio considerable desde la glamorosa Québec en el norte hasta el tropical Key West en el sur y el colorido Natchez y Nueva Orleáns por el oeste. Entre mis ciudades favoritas, aparte de Providence, están Québec; Portsmouth, New Hampshire; Salem y Marblehead en Massachusetts; Newport en mi propio estado; Philadelphia; Annapolis; Richmond con su abundancia de recuerdos de Poe; la Charleston del siglo XVIII, St. Augustine del XVI y la soñolienta Natchez en su peñasco vertiginoso y con su interior subtropical magnífico. Las «Arkham» y «Kingsport» que salen en algunos de mis cuentos son versiones más o menos adaptadas de Salem y Marblehead. Mi Nueva Inglaterra nativa y su tradición antigua y persistente se han hundido profundamente en mi imaginación y aparecen frecuentemente en lo que escribo. Vivo actualmente en una casa de 130 años de antigüedad en la cresta de la antigua colina de Providence, con una vista arrobadora de ramas y tejados venerables desde la ventana encima de mi escritorio.

Ahora está claro para mí que cualquier mérito literario real que posea está confinado a los cuentos oníricos, de sombras extrañas, y «exterioridad» cósmica a pesar de un profundo interés en muchos otros aspectos de la vida y de la práctica profesional de la revisión general de prosa y verso. Por qué es así, no tengo la menor idea. No me hago ilusiones con respecto al precario estatus de mis cuentos, y no espero llegar a ser un competidor serio de mis autores fantásticos favoritos: Poe, Arthur Machen, Dunsany, Algernon Blackwood, Walter de la Mare, y Montague Rhodes James. La única cosa que puedo decir en favor de mi trabajo es su sinceridad. Rechazo seguir las convenciones mecánicas de la literatura popular o llenar mis cuentos con personajes y situaciones comunes, pero insisto en la reproducción de impresiones y sentimientos verdaderos de la mejor manera que pueda lograrlo. El resultado puede ser pobre, pero prefiero seguir aspirando a una expresión literaria seria antes que aceptar los estándares artificiales del romance barato.

He intentado mejorar y hacer más sutiles mis cuentos con el paso de los años, pero no logré el progreso deseado. Algunos de mis esfuerzos han sido mencionados en los anuarios de O'Brien y O. Henry, y unos pocos tuvieron el honor de ser reimpresos en antologías; pero todas las propuestas para publicar una colección han quedado en nada. Es posible que uno o dos cuentos cortos puedan salir como separatas dentro de poco. Nunca escribo si no puedo ser espontáneo: expresando un sentimiento ya existente y que exige cristalización. Algunos de mis cuentos involucran sueños reales que he experimentado. Mi ritmo y manera de escribir varían bastante en diferentes casos, pero siempre trabajo mejor de noche. De mis producciones, mis favoritos son «The Colour Out of Space» [El color que cayó del cielo] y «The Music of Erich Zann» [La música de Erich Zann], en el orden citado. Dudo si podría tener algún éxito en el tipo ordinario de ciencia ficción.

Creo que la escritura fantástica ofrece un campo de trabajo serio nada indigno de los mejores artistas literarios; aunque uno muy limitado, ya que refleja solamente una pequeña sección de los infinitamente complejos sentimientos humanos. La ficción espectral debe ser realista y centrarse en la atmósfera; confinar su salida de la Naturaleza al único canal sobrenatural elegido, y recordar que el escenario, el tono y los fenómenos son más importantes para comunicar lo que hay que comunicar que los personajes y la trama. La «gracia» de un cuento verdaderamente extraño es simplemente alguna violación o superación de una ley cósmica fija, una escapada imaginativa de la tediosa realidad; por lo tanto son los fenómenos más que las personas los «héroes» lógicos. Los horrores, creo, deben ser originales: el uso de mitos y leyendas comunes es una influencia debilitadora. La ficción publicada actualmente en las revistas, con su orientación incurable hacia los puntos de vista sentimentales convencionales, estilo enérgico y alegre, y artificiales tramas de «acción», no puntúan alto. El mejor cuento fantástico jamás escrito es probablemente «The Willows» [Los sauces] de Algernon Blackwood.

FIN

23 de noviembre de 1933.




* Escrito en 1933 para la revista Unusual Stories, donde nunca llegó a publicarse. Traducido por Eduardo Giordanino y Carles Bellver Torlà.

Fuente: CiudadSeva